Se me amontonan los libros al lado de la cama. Esperan allí: Si Dios no existe… de Leszek Kołakowski, del que disfruté hace unos meses La clave celeste, relatos edificantes de la historia sagrada recogidos para aleccionamiento y advertencia del lector; Guerra en el cielo, de Charles Williams, una novela de un escritor amigo de Tolkien y C. S. Lewis, de la que dicen que es un relato de detectives, un manual de especulación teológica y una nueva edición de la historia de la búsqueda y conquista del Santo Grial; Las leyes de la simplicidad, un libro de John Maeda que sospecho que no me va a gustar nada; ya he desechado, tras leer las primeras cien páginas, Las sabidurías de la antigüedad, de Michel Onfray, al que empiezo a odiar; y estoy esperando ansioso a que me llegue El pez pulmonado, el dodo y el unicornio, de Willy Ley, un libro de criptozoología que encargué en Iberlibro.
Pero ahora es el turno de El abecé de la buena tipografía, un opúsculo de la impresión de Jan Tschichold para legos y avanzados, editado por Campgrí fic. Me gusta mucho el tono preciso, casi quisquilloso, de Jan Tschichold. Un ejemplo:
Por otro lado, tampoco es muy adecuada para los carteles de las estaciones la Futura, puesto que contiene una a y una g poco claras, además de una u con una forma alocada.
Jan Tschichold, El abecé de la buena tipografía.
¡Una u alocada!