Gracias a Willy y a dispersión total, descubro 43 things, una web pública en la que la gente se propone pequeños logros y los comparte con los demás: así puedes relacionarte con gente que, como tú, desea visitar Canadá, plantar un jardín o coleccionar Barbies.
Suena bien, pero antes, cuando querías quedar con alguien, acudías a los lugares donde te podrías encontrar con cualquiera —una plaza, la calle mayor, el bar de la esquina o incluso un centro comercial—. Sin embargo, las redes sociales nos permiten quedan sólo con quien elegimos expresamente y con el que compartirmos aficiones y modo de pensar. Vale, es eficiente, pero también supone un aumento de la fragmentación social: si no queremos encontrarnos con un determinado tipo de gente, podemos evitarlo. Un problema, porque tendemos a pensar que todo el mundo piensa igual que nosotros, y cuando esto ocurre, todo se radicaliza.