Cioran, en Historia y Utopía, traducción de Esther Seligson:
A veces pienso que todos los países deberían parecerse a Suiza, complacerse y hundirse, como ella, en la higiene, en la insipidez, en la idolatría de las leyes y el culto al hombre; por otra parte, sólo me interesan las naciones exentas de escrúpulos tanto en pensamientos como en actos, febriles e insaciables, siempre a punto de devorar a las otras y de devorarse a sí mismas, pisoteando los valores contrarios a su ascenso y a su éxito, reacias a la sensatez, esa llaga de los pueblos viejos cansados de sí mismos y de todo, y como gustosos a su olor a moho.
Natalia Ginzburg, en Las pequeñas virtudes, traducción de Celia Filipetto:
Italia es un país dispuesto a someterse a los peores gobiernos. Es un país donde, como ya se sabe, todo funciona mal. Es un país donde reina el desorden, el cinismo, la incomptetencia, la confusión. Y sin embargo, por las calles se siente fluir la inteligencia, como una sangre vívida.
La fotografía es de las ciudades en papel de Nicholas Manion.