Gracias a Bloguzz y por cortesía de Spitni.com me llegó una taza MyCuppa —versión café— de las que ya había hablado antes.
Viene bien presentada, y más que algo especialmente útil —yo creo que todo el mundo tiene más o menos claro cómo le gusta el café o té sin necesidad de un código de colores—, es una curiosidad diseñista; es de ese tipo de cosas que me basta verlas, que me hace gracia que existan, pero que no usaría: le tengo cariño a mis tazas blancas de siempre.