Andrés Ibañez, en Cómo llegó el Miedo, explica cómo se manufactura el miedo: si eres una buena persona debes tener miedo, aunque no haya en realidad ningún peligro o aunque haya los mismos peligros que ha habido siempre.
«Otra característica es la desaparición de la vida privada, que se convierte para nosotros en un gran espectáculo. Y es que como todo es vida privada, vida de moluscos asustados, la vida privada ya no puede ser «privada», ya no puede ser íntima o personal. Frente al cine o la televisión, que nos traían imágenes lejanas o imaginadas, las pantallas ahora nos devuelven nuestra propia imagen.»
Debe de ser cierto. Veo revistas de decoración y todo aparece extremadamente cuidado y deliberadamente moderno. Pero moderno como símbolo de status, no como un aporte vital de belleza a la vida cotidiana. Es como si la casa se hubiese convertido en otra esfera pública, que debe cuidarse continuamente por si llegan visitas o fotógrafos de forma inesperada.
Como buen molusco asustado, he subido unas fotos de cosas que tengo en casa a mi cuenta en Flickr: una tetera, unos tipos de madera, el abeto de este año. Espero visita.