El sábado por la mañana, paseando, me torcí un tobillo con mi torpeza habitual; sentí un dolor intenso y perdí el conocimiento. El resto del fin de semana lo pasé con el pie en alto, avergonzado por la atención que todos me prestaban y convertido en una especie de héroe formidable para los niños: ambulancia, rayos x, etc. Acabé de leer Tres diálogos entre Hilas y Filonus en oposición a escépticos y ateos (kindle gratis o papel) del obispo Berkeley.