Hoy es día festivo. En algún lado Nietzsche dice que para tener alegría por algo, se debe aprobar todo. La alegría de la fiesta necesita aceptar el mundo como es: todo lo que existe es bueno y es bueno que exista. Hay que decir sin límites, con Zaratrustra, Sí y amén. Puede que por eso haya tan pocas imágenes festivas soviéticas: sólo trabajadores esforzándose por armonizar la realidad tal cual es con lo que debe ser.
Esa misma ingenua fe ilustrada en la posibilidad de enderezar el mundo es la que debe animar al diseñador: hay que interpretar correctamente un problema y ofrecer las oportunas sugerencias en orden a su solución. Qué difícil me parece.