Leo otro gran artículo de opinión de Miguel Anxo Murado.
«Los norteamericanos han tomado Faluya. Otra vez. No está claro cuántas van ya, pero la impresión que uno tiene es que Faluya debe haber caído al menos una vez por semana desde que empezó la guerra de Irak, y quizás dos por semana desde que acabó. »Faluya ha caído ya tanto que no se sabe muy bien si ha tenido alguna vez tiempo para levantarse, pero hay una buena razón para todo esto. En Faluya, se nos dice, está el centro de operaciones de la resistencia iraquí. Hay resistencia iraquí prácticamente en cada parroquia y pedanía de Irak; pero por alguna razón, en Faluya es donde está el centro de operaciones. En Faluya, además, reside Musab al Zarqawi, un terrorista jordano al que ahora se considera más peligroso que Bin Laden, y con el cual comparte una de sus características más conspicuas: la de no aparecer por ninguna parte. Los americanos, basándose en lo que generosamente podría calificarse de pura intuición, creen que vive en Faluya. Si es que sigue en Faluya, que no parece probable. Y si es que vive, de hecho, porque hay muchos que creen que está muerto. »Pero, en fin, si en Faluya hay tal concentración de maldad, nada más comprensible que el que los norteamericanos quieran tomarla, e incluso que lo hagan tan a menudo. Lo que no sé es si van a poder seguir tomándola muchas veces más, porque a este paso poca Faluya va a quedarles. Esta vez, por ejemplo, la toma de Faluya ha supuesto que el 80% de su población haya sido evacuada a la fuerza y que hayan muerto un millar de guerrilleros y un número de civiles que aún no se sabe (no lo sabemos nosotros, ellos, los muertos y sus familias, seguro que lo saben de sobra a estas horas). »¿Ha aparecido Zarqawi? Pues, no. ¿Han destruido el centro de operaciones de la resistencia iraquí? Pues parece que tampoco. Por lo menos, no se encuentra entre los escombros a los que ha quedado reducida media Faluya; y ya se han encargado de advertirnos, a mitad de la operación, de que no nos fuésemos a creer que tomando Faluya se iba a acabar la violencia, ni la resistencia, ni Zarqawi. Es más, ahora se nos dice que hay que preparase para que la violencia aumente. Fácil predicción. Pero, entonces, ¿para qué se ha tomado Faluya? Pues no se sabe, pero se ha tomado. Y es un gran éxito. Claro que mientras se conquistaba Faluya se perdía Mosul, más al norte. Y ahora, naturalmente, habrá que tomar Mosul. Y así.»