Leo Si lo puedes soñar lo puedes hacer, del diseñador argentino Ronald Shakespear.
Es interesante la organización Disney. Mucho más allá de compartir de su estética, resulta sorprendente advertir cómo el receptor está presente en cada acción de diseño de la organización.
Alguien me informó que ellos tuvieron en un cierto momento de crecimiento vertiginoso de la leyenda Disney un problema, digamos, de naturaleza administrativa. ¿Qué hacer con el dinero de caja todas las noches, al cerrar los parques? ¿Cómo transportar y almacenar centenares de miles de dólares todas las noches y ponerlos a buen recaudo? La respuesta de diseño al problema fue sencilla. Quemarlo.
Todas las noches, los administrativos de la empresa se reúnen con la Reserva Federal para contar el dinero ingresado, separan las monedas para dar la vuelta a los niños al día siguiente, meten en un incinerador miles de dólares y los queman. Mientras se esfuman literalmente el representante del Gobierno da de baja el dinero destruído y acredita el mismo monto en la cuenta Disney del Banco.