Yo: Estoy recordando el Edificio Narkomfin. Me dio pena verlo tan abandonado.
Genio: Si la gente se fue es que no era un buen edificio.
Yo: ¿Un mal diseño? Puede, la idea era crear un edificio socialista, con cocina, lavandería comunitaria, etc…
Genio: Sí, pero la gente acabó dividiendo los apartamentos para instalar sus cocinas, por pequeñas que fuesen; será que la vida comunitaria no es tan ideal como la pintan… Pero no es un problema de buen o mal diseño, si no de la posibilidad misma del diseño como herramienta que sirva para algo. Si dices que es un mal diseño, es que piensas que podría haber una mejor solución, o una única solución verdadera entre la infinidad de soluciones…
Yo: Me estás liando.
Genio: Digámoslo de otra manera: según tú, existe una solución técnica para resolver los problemas humanos. Eso es soberbia.
Yo: O sea, ¿estamos contaminados por un pecado original, que no podemos resolver por nuestra cuenta? No me negarás que algo se ha avanzado: nuestra vida es mucho mejor —más cómoda, por lo menos— que la de nuestros antepasados…
Genio: Vale, puede que más cómoda, pero eso no significa que la cantidad de mal existente haya disminuido.
Yo: Entonces, ¿no podemos hacer nada?
Genio: Eres un autónomo, ponte a trabajar, que si no curras, no cobras.
Yo: Te obedezco, oh, Genio.