Es una delicia leer este párrafo escrito por tipógrafo suizo Jost Hochuli sobre lo que necesita tener un libro de lectura bien diseñado:
Un tamaño práctico, si es posible para sostenerlo con una mano, y por lo tanto relativamente pequeño y delgado; papel ni demasiado duro ni demasiado grueso, flexible y no demasiado blanco; no menos de 45 ni más de 70 letras por línea; tamaño del tipo de letra lo bastante grande (¡pero no demasiado grande!) y una cuidadosa observación de todos los detalles tipográficos: composición de los tipos legible e intemporal en la medida correcta, espaciado entre palabras correcto (tan reducido como sea posible y tan amplio como sea necesario); la cantidad correcta de interlineado (separación interlineal); párrafos con sangría, para que sean claramente visibles; títulos suficientemente prominentes, pero que no interrumpan el flujo de la página: un diseño tipográfico que en la medida de lo posible no se deje ver. Y si la tipografía es siempre un sirviente, aquí sobre todo debe ser un sirviente humilde. Humilde, pero no descuidado: incluso la más bella tipografía puede ser eficaz, agradable, e incluso bonita. Todo lo anterior, y las proporciones correctas de la caja de impresión y los márgenes; ¿qué más se necesita?
Jost Hochuli, Designing Books: Practice and Theory
Y, para acompañar, un paseo por los hallazgos de Ace Jet 170, como este bello tratado práctico de arte tipográfico, o su colección de libros de bolsillo Pelican.