Diseñar no tiene nada que ver con dibujar. Es algo así como un plan mental.
La dulce maestra rural de primaria inaugura todas las mañanas su acto de diseño cotidiano y dispone con sensibilidad y sabiduría la secuencialidad y la interacción de las asignaturas de la jornada. El vaso de leche. Luego, la historia y la geografía. El recreo. Luego, la matemática y la merienda. Castellano y luego, al final, todos juntos, a arriar el pabellón. Ronald Shakespear: El claustro a la calle, la calle al claustro