En Palomar, Italo Calvino anotaba las dificultades para entender una ola:
«Y si se considera cada oleada en el sentido de la anchura, paralelamente a la costa, es difícil establecer hasta dónde se extiende ininterrumpido el frente que avanza y dónde se separa y segmenta en olas que existen por sí misma, distintas en velocidad, forma, fuerza, dirección.»
Sin embargo, hay gente que se le da bastante bien. La fotografía de abajo muestra una carta de navegación polinesia: esos palos flexibles sirven para localizar las islas a partir de la observación del dibujo de las olas al chocar contra la costa. Tienen formas tan variadas que son sólo inteligibles para los navegantes concretos que las diseñaron. Por supuesto, también hay algo religioso difícil de entender para nosotros.
Hay mucha información en los excelentes blogs Varieties of Unreligious Experience y The Nonist.